Visitando una librería, me invadió la sensación de no conocer la mayor parte de las cosas conocibles.
Se han escrito tantos libros, tantos pensamientos recurrentes de personas que dedicaron su vida a cultivarlos, ideas vestidas de palabras, arrojadas sobre el papel, esperando a ser leídas por algún lector oportuno.
No creo que sea muy loco pensar que, tras millones de páginas impresas por siglos, todo lo relevante y verdaderamente importante ya está dicho. Sin embargo, dónde está. Si la intención de filósofos, poetas y profetas fue la de desahogarse en palabras y distinciones, podría decirse que el éxito de su tarea fue rotundo. Dudo que se hayan conformado con eso. Me pregunto por el cambio, micro o macro cambio, que la escritura, en cuanto perturbación, puede lograr en el devenir de las cosas. Me tropiezo con la idea de libros cerrados, sellados, clasificados, descontinuados. Y la efectividad. ¿?.
Quizá muy pocos se preocuparon por encausar, tal vez lo importante es expresar, provocar resonancia. No todo tiene que ser objetivable, medible.
Si lo relevante está ya escrito, la respuesta sería leer. Obvio. Pero.. ¿por qué escribo?
¿Por qué esta necesidad de expresarse sobre lo blanco de un papel, y esperar algo?,
¿Qué busco? ¿qué quiero? ¿por qué escribir es el camino?
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