Es un gran problema el no ser perseverante con lo que se piensa, es decir:
Agarrar una idea, aferrarse bien a ella, buscar todas las formas que puede adoptar. Ser detallista con el pensamiento. No descansar hasta llegar al punto. La esencia descubierta en un juego de palabras, en un lenguaje intencionado, en una frase plena de verdad. Solo así encontraremos coherencia y solidez en nuestros planteamientos diarios, prácticos y espirituales.
No seamos superficiales, inconstantes de mente, básicos.
Es tan fácil vivir en vano, sin un verdadero sustento de pensamiento. Para vivir realmente, busca la verdad con un corazón sincero. Inclina el oido a aquellas cosas que no has querido escuchar.
Abre tu corazón.
Y piensa.
Piensa con detalles.
