27/8/08

Deformidad

De todas las cosas difíciles que debemos aprender -mas vale que rápido-, una de las más traumantes es tener que ver a las mismas personas todos los días, pero verlas en distintos estados cada vez. Yendo un poco más allá, tener que convivir con uno mismo, día tras día, y soportar los cambios que nos atraviesan, momentáneos, efímeros, molestosos.

Algunos dicen que la gracia de cada día está en que ninguno es igual a otro.
Yo me atrevería a decir que esa es, en realidad, la desgracia.