25/9/10

Antropomorfismo del cosmos

De repente, el viento adquirió una voz alegre y susurrante y no dejo de oír su canción.
De un momento para otro, la tierra tomó forma de manos que ahora me llevan por caminos desconocidos.
No sé cuando ocurrió, pero el fuego se transformó en unos ojos fulgorosos y cautivantes, que reflejan la pasión con la que la tierra fue creada.
Inesperadamente, el agua se convirtió en un corazón palpitante y lleno de vida.

No me di cuenta cuando la naturaleza tomó esta forma que ahora veo a cada instante, en todos lados.
Quiero vivir en el océano.

3 comentarios:

  1. Me gusta... Me gusta como escribes, te seguiré la pista.

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  2. Álvaro, las estás dejando a todas lokas! Cuando más encima tengai tu propia casa, ya nada más estará entre tú y la conquista del mundo!

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Gracias por tu visita.