31/12/07

Casos

Había una vez un hombre que veía todo como entre rejas. Unas extrañas líneas cruzaban sus ojos verticalmente, y no le permitían ver correctamente las cosas.

Pero para el hombre, que siempre vio así, era normal y no se lo cuestionaba.

Un día este hombre mató a alguien, y lo pusieron en la cárcel.

Y desde ese día se empezó a preocupar, porque cada cierto tiempo, cuando su vista extrañamente coincidía, las rejas de la celda ocupaban el campo visual de sus ojos, y el hombre pensaba que estaba quedando ciego.