De una lágrima de sangre salieron los ojos,
De una sombra terrible, la luz verdadera,
De una herida en el vientre brotaron cicatrices,
De una mano sin fuerza, la existencia.
De un pie incrustado de camino se obtuvo descanso,
De un quejido de voz tantas veces proyectada, firmeza.
De una gota de sudor surgió la energía,
De un latido derramado, la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu visita.